lunes, 16 de marzo de 2015

¿Por qué no lo pasamos bien en el trabajo? - ¡Por suerte es viernes!!!



¿Por qué no lo pasamos bien en el trabajo? - ¡Por suerte es viernes!!!



En muchas empresas en las que he prestado servicios en diferentes posiciones, hay un comentario que se repite como un mantra entre las personas que ahí trabajan y que dice ¡¡¡Por suerte hoy es viernes!!!, dando ha entender que termina la tortura ó el calvario y comienza la vida o el pasarlo bien. En alguna etapa de mi vida yo también recite ese mantra, pero hoy soy consciente que la vida es una sola y que el solo hecho de generar una separación entre el trabajo y la vida cotidiana trae sufrimiento. El maestro Zen Roshisama solía decir “práctica y realización no son dos”.

En algún lugar aprendimos (o nos enseñaron) dos paradigmas que se han mantenido vigentes por muchas generaciones y que son:

a)   Que el trabajo tiene como único objetivo la obtención de recursos materiales (el pago por un servicio que prestamos a una organización) que son necesarios para obtener bienes y servicios que requerimos para nuestra sobrevivencia.
b)   Que las organizaciones tiene como único objetivo ganar dinero y enriquecer a sus dueños.

La caricatura que recién reseñé, nos muestra una interpretación de porque muchas personas lo pasan mal en su trabajo, que es la actividad en la cual invierten más del 50% de su vida adulta.

Quiero proponer una interpretación diferente, la cual al menos a mi, me ayudó a liberarme del paradigma que les enuncié anteriormente y que me hacía ver el trabajo como una obligación de la cual solo derivaba emociones negativas como sentirla una carga, malos ratos, angustias, rabias, sensación de explotación, miedo, etc.

En primer lugar comentemos como debe ser el entorno que exista en la organización para poder incentivar una actitud diferente del trabajo en ella. Lo que quiero asentar en primer lugar y dejar de manifiesto es que no podemos asignar causalidad, o sea los que trabajamos en la organización tenemos una gran cuota de responsabilidad con el entorno en que vivimos, o sea, la característica del entorno no se provoca como una generación espontanea.  La conclusión es que no somos victimas, sino por el contrario somos protagonistas de nuestro destino.

La organización debe procurar tener un entorno donde las personas se sientan respetadas, escuchadas, valoradas, y dignas de que se les confíen tareas importantes y estimulantes permitiéndoles actuar alineados con sus valores, con autonomía, iniciativa e integridad y al mismo tiempo contribuir al cumplimiento de la misión organizacional.

El componente mas importante de la organización es una cultura saludable, fundada en la integridad, los valores, la sabiduría y el amor.

Les propongo que veamos el trabajo como una actividad espiritual, se que puede sonar loco o a lo menos audaz al menos para muchos de ustedes, pero les pido que terminen de leer mis argumentos y luego juzguen por si mismos.


Estaremos de acuerdo que el gran objetivo de los seres humanos es alcanzar conocimiento, sabiduría, realizarse materializando sus sueños, tener una trascendencia espiritual, todo lo cual nos permitiría ser felices.



Concordaremos que descubrimos quienes somos y de que estamos hechos cuando nos enfrentamos a situaciones desafiantes y complejas,  situaciones donde por medio de las decisiones que tomamos las que luego se traducen en conductas y comportamientos establecemos nuestros valores y relaciones con otras personas y con el entorno. O sea es una oportunidad de poner a prueba nuestro carácter y exponer nuestros valores.

Ahora bien, el trabajo que realizamos en las organizaciones nos da la posibilidad de, como ya señalamos, descubrir quienes somos a través de los desafíos que nos presenta y la oportunidad de alcanzar logros demostrando integridad y nuestros valores.

¿Si nuestra satisfacción material, emocional, intelectual y espiritual depende de nuestro trabajo, ¿Por qué considerarlo o vivirlo como una obligación?

El trabajo es simultáneamente una búsqueda y una satisfacción para las personas, así mismo permite poner en práctica los principios. Esto, no es solo una tarea concreta, sino que podríamos verla como una practica espiritual.

Es espiritual por cuanto en él trascendemos nuestro propio ego cuando ampliamos nuestro entorno de preocupación incorporando a personas ajenas a nuestro circulo intimo como son colegas, clientes, proveedores, etc.  Por lo cual, a mi juicio no es importante el tipo de trabajo que realizamos, sino la actitud con la cual lo hacemos.


Como señaló Victor Frankl (les recomiendo su libro El hombre en busca de sentido); “La manera de lograr la felicidad no es procurando ser feliz. La felicidad es una concecuencia inevitable de trabajar por un objetivo mas grande que nuestra propia persona”.


Este articulo esta inspirado y basado en bibliografía de Fredy Kofman