¿Por qué no lo pasamos
bien en el trabajo? - ¡Por suerte es viernes!!!
En muchas empresas en las que he prestado
servicios en diferentes posiciones, hay un comentario que se repite como un
mantra entre las personas que ahí trabajan y que dice ¡¡¡Por suerte hoy es viernes!!!, dando ha entender que termina la
tortura ó el calvario y comienza la vida o el pasarlo bien. En alguna etapa de
mi vida yo también recite ese mantra, pero hoy soy consciente que la vida es
una sola y que el solo hecho de generar una separación entre el trabajo y la
vida cotidiana trae sufrimiento. El maestro Zen Roshisama solía decir “práctica y realización no son dos”.
En algún lugar aprendimos (o nos
enseñaron) dos paradigmas que se han mantenido vigentes por muchas generaciones
y que son:
a)
Que
el trabajo tiene como único objetivo la obtención de recursos materiales (el
pago por un servicio que prestamos a una organización) que son necesarios para
obtener bienes y servicios que requerimos para nuestra sobrevivencia.
b)
Que
las organizaciones tiene como único objetivo ganar dinero y enriquecer a sus
dueños.
La caricatura que recién reseñé, nos muestra una interpretación de porque
muchas personas lo pasan mal en su trabajo, que es la actividad en la cual
invierten más del 50% de su vida adulta.
Quiero proponer una interpretación
diferente, la cual al menos a mi, me ayudó a liberarme del paradigma que les enuncié
anteriormente y que me hacía ver el trabajo como
una obligación de la cual solo derivaba emociones negativas como sentirla una
carga, malos ratos, angustias, rabias, sensación de explotación, miedo, etc.
En primer lugar comentemos como debe
ser el entorno que exista en la organización para poder incentivar una actitud
diferente del trabajo en ella. Lo que quiero asentar en primer lugar y dejar de
manifiesto es que no podemos asignar causalidad, o sea los que trabajamos en la
organización tenemos una gran cuota de responsabilidad con el entorno en que
vivimos, o sea, la característica del entorno no se provoca como una generación
espontanea. La conclusión es que no
somos victimas, sino por el contrario somos protagonistas de nuestro destino.
La organización debe procurar tener un
entorno donde las personas se sientan respetadas, escuchadas, valoradas, y
dignas de que se les confíen tareas importantes y estimulantes permitiéndoles
actuar alineados con sus valores, con autonomía, iniciativa e integridad y al
mismo tiempo contribuir al cumplimiento de la misión organizacional.
El componente mas importante de la
organización es una cultura saludable, fundada en la integridad, los valores,
la sabiduría y el amor.
Les propongo que veamos el trabajo
como una actividad espiritual, se que puede sonar loco o a lo menos audaz al
menos para muchos de ustedes, pero les pido que terminen de leer mis argumentos
y luego juzguen por si mismos.
Estaremos de acuerdo que el gran
objetivo de los seres humanos es alcanzar conocimiento, sabiduría, realizarse materializando
sus sueños, tener una trascendencia espiritual, todo lo cual nos permitiría ser
felices.
Concordaremos que descubrimos quienes
somos y de que estamos hechos cuando nos enfrentamos a situaciones desafiantes
y complejas, situaciones donde por medio
de las decisiones que tomamos las que luego se traducen en conductas y
comportamientos establecemos nuestros valores y relaciones con otras personas y
con el entorno. O sea es una oportunidad de poner a prueba nuestro carácter y
exponer nuestros valores.
Ahora bien, el trabajo que realizamos
en las organizaciones nos da la posibilidad de, como ya señalamos, descubrir
quienes somos a través de los desafíos que nos presenta y la oportunidad de
alcanzar logros demostrando integridad y nuestros valores.
¿Si nuestra satisfacción material,
emocional, intelectual y espiritual depende de nuestro trabajo, ¿Por qué
considerarlo o vivirlo como una obligación?
El trabajo es simultáneamente una
búsqueda y una satisfacción para las personas, así mismo permite poner en práctica
los principios. Esto, no es solo una tarea concreta, sino que podríamos verla
como una practica espiritual.
Es espiritual por cuanto en él trascendemos
nuestro propio ego cuando ampliamos nuestro entorno de preocupación
incorporando a personas ajenas a nuestro circulo intimo como son colegas,
clientes, proveedores, etc. Por lo cual,
a mi juicio no es importante el tipo de trabajo que realizamos, sino la actitud
con la cual lo hacemos.
Como señaló Victor Frankl (les
recomiendo su libro El hombre en busca de sentido); “La manera de lograr la
felicidad no es procurando ser feliz. La felicidad es una concecuencia
inevitable de trabajar por un objetivo mas grande que nuestra propia persona”.
Este articulo esta inspirado y basado en bibliografía de
Fredy Kofman