domingo, 21 de junio de 2015

La Práctica y el Coaching








“No vamos a ninguna parte, sin embargo nos movemos constantemente vamos y venimos, tomamos la carretera, subimos por escaleras bajamos por asesores, entramos a la oficina, salimos de la casa, visitamos a los parientes, vamos al supermercado, prendemos computadora y revisamos los email, pero toda esta actividad, en rigor de verdad, no nos conduce a ninguna parte, no vamos a ningún lado por que cuando despertamos siempre estamos aquí.”

La descripción anterior nos muestra como la mayoría de las personas operamos en la vida cotidiana, la que se caracteriza por repetir inconscientemente sus prácticas y que finalmente determina quienes somos y nuestras oportunidades. Pero a veces tomamos consciencia que nada ha cambiado, el trabajo que tenemos sigue disgustándonos, el jefe continúa siendo una molestia, los problemas que tengo con mi señora se repiten y la única cosa que de verdad cambio, es que estamos más viejos, cansados y frustrados.  Eso es lo que quiere decir “que siempre cuando despierto estamos aquí.”

La descripción anterior es verdadera para personas así como en organizaciones, las que nunca establecen su potencial y determinan acciones para alinearse con él. 
  
El coaching es una práctica, que con la ayuda de un coach, que genera una danza de preguntas, permitiéndole al coachee ir tomando consciencia de aquellas cosas que nos incomodan, de esos sueños que no nos atrevemos a abordar, de las actitudes que nos molestan, de las relaciones que nos tienen cansados, ….. o sea; reconocemos el lugar donde estamos, y es sólo desde aquí donde nos encontramos, que podemos iniciar el proceso de cambio. Esta toma de consciencia o despertar, como prefiero denominarlo, es sólo el primer peldaño en la escalera.

El trabajo real sólo comienza cuando efectuamos la declaración de que queremos despertar, despertar, despertar, ese grito ahogado que resuena en nuestro interior y que viene acompañado del temor que conlleva lo desconocido.

El segundo peldaño, que nosotros como coach debemos trabajar luego de escuchar el grito de despertar, despertar, despertar ….. de nuestro coachee es apoyarlo en el proceso de cambiar sus prácticas, donde a mi juicio radica la gran maestría de nuestra disciplina. 


Lo que sabiamente nos señala Gandhi se hace carne mediante la disciplina, y el rigor de la práctica, y que determina finalmente  quienes somos, o como dice más sabiamente Aristóteles “nosotros somos lo que hacemos repetidamente.”

Definimos inicialmente práctica; como el acto de hacer algo de forma repetida hasta que se transforma en un comportamiento, una actitud.

Los rituales que practicamos todas las mañanas como tomar café, leer el periódico, elegir el camino en que nos dirigimos a la oficina, nuestro comportamientos en las reuniones, nuestra actitud cuando nos vemos enfrentados a realizar trabajos molestos. En todas esas situaciones estamos practicando como debemos ser, aunque por lo general sin una intención consciente.  

Lo señalado es importante por cuanto a mayor práctica en algo, nos vamos convirtiendo en expertos. Nuestra experiencia nos enseña que algunas veces estamos practicando y no tomamos consciencia cuanto mejoramos en aquello, pero de hecho realmente estamos mejorando – quizás no estamos siendo mejores en aquello que realmente deseamos serlo.

Existen 2 áreas centrales en las que necesitamos focalizarnos para comprender la práctica, y como ésta se relaciona con nuestro crecimiento y cambio personal, podemos dividirlas en:

a.   Prácticas por defecto

Éstas prácticas son comportamientos que están profundamente enraizados o arraigados y que realizamos de forma automática, coherente, e inconsciente; en respuesta a una situación determinada. Profundizando los conceptos recién vertidos, podemos señalar que:

Ø  Automáticamente; significa que es la primera reacción que    esgatillada en nosotros cuando estamos frente a una situación en particular.
Ø    Coherente; significa que es una reacción con la que enganchamos de forma frecuente.
Ø  Inconsciente; significa que nosotros tenemos un determinado comportamiento sin ser conscientes de que probablemente existen otras respuestas que podríamos elegir frente a dicha situación.

Este tipo de prácticas son comportamientos y reacciones aprendidas que hemos heredado a través de las experiencias de nuestras vidas y fueron determinadas por la familia, cultura, nacionalidad, condición social, etc.

Lo especial de éstas prácticas es que normalmente ellas son transparentes y en la actualidad no se encuentran alineadas con los valores, objetivos y desafíos a los que nos vemos enfrentados hoy día.

O sea, se transformaron en problemáticas y en una limitación que nos impide llegar a donde nos hemos propuesto.

La buena noticias es que podemos aprender a identificar y observar este tipo de prácticas por defecto. En vez de reaccionar inmediatamente con ellas ante un estimulo, podemos aprender otras formas de relacionarnos con el conflicto, el poder, nuestras emociones y las de otras personas.

Para estar más conscientes de nuestras prácticas por defecto debemos comenzar a prestar atención a nuestras reacciones automáticas.


b.   Prácticas intencionales

Estas prácticas las elegimos realizar para cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos y como somos vistos por el mundo. A través de estas nuevas prácticas incrementamos nuestras elecciones disponibles y nos alineamos con nuestros valores presentes.

Las nuevas prácticas que elegimos realizar nacen como la respuesta que nos damos a las siguientes 2 preguntas:

Ø  ¿Cuáles son las cosas que realmente me importan y con las que quiero comprometerme?
Ø   ¿Por qué esas cosas me importan de verdad?

Existen 3 aspectos claves que explican el poder de las prácticas transformativas, que debemos tener presentes:

1.   Las prácticas que elegimos realizar deben estructurarse a partir de nuestros compromisos, los que a su vez se fundan en la misión y valores que nos hemos definidos.

2.   Las prácticas intencionales elegidas ponen al descubierto toda nuestra resistencia al cambio. En cada oportunidad en que nos enfrentamos a realizar la práctica, encontraremos infinidad de razones por la cuales evitar realizarlas y evadirnos de ella. Es necesario abrazar estas resistencia y aprender a sobrellevarlas.

3.   La práctica comienza a dirigir y modelar la forma en que nos enfrentamos a los eventos que nos ocurren en el mundo. La práctica produce un cambio en nuestras mentes, cuerpos, y estados de ánimo movilizándonos hacia una nueva forma de ser dado que estamos viviendo una nueva narrativa mental, orientación emocional y forma corporal.

Cada vez que realizamos una práctica, estamos durante ese tiempo, interrumpiendo los viejos hábitos y viviendo nuevos patrones que son los que estamos buscando incorporar.  Es por lo anterior, que en las tradiciones antiguas se habla de morir y volver a nacer.

Quizás la parte más sensible como coach reside en poder apoyar y guiar al coachee a transitar en este proceso de renacimiento, donde tiene que ponerse en contacto con ese ser humano que late dentro de él y que busca despertar.  

Luego del camino recorrido en este documento, que les parece si retornamos al comienzo:

“No vamos a ninguna parte, sin embargo nos movemos constantemente vamos y venimos, tomamos la carretera, subimos por escaleras bajamos por asesores entramos a la oficina, salimos de la casa, visitamos a los parientes, vamos al supermercado, prendemos computadora revisamos email, pero toda esta actividad, en rigor de verdad, no nos conduce a ninguna parte, no vamos a ningún lado por que cuando despertamos siempre estamos aquí.” 

La diferencia en esta oportunidad es que luego de tomar consciencia y realizar las práctica que elegimos, alineadas con ese ser humano que busca despertar, el “siempre estamos aquí”, sigue siendo verdad pero lo mágico es que no es el mismo punto de partida, se parece algo a la siguiente foto.

 
No te muevas, no pierdas la concentración, no respires agitadamente solo relájate y escucha sin miedo, sin angustia, sin recriminaciones y con mucha atención tu propio grito ahogado de despertar, despertar, despertar que resuena en tu interior y él que también resuena en las organizaciones donde te desenvuelves.

Como siempre, te invito a compartir un momento de silencio para que escuchemos juntos nuestro gritos ahogados de despertar y luego conversemos al respecto.



Autor: Javier Guinguis Ch.

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